martes, 22 de junio de 2010

De Matrix y la pérdida de substancia

(este texto lo escribí para comentar Matrix en la escuela de cine "Luis Buñuel" hace pocos días)


Hablar de Matrix suele remitirnos por asociación de términos a filosofía por el hecho de hablarnos sobre la realidad y hacer un cuestionamiento sobre la ontología de ésta: ¿Qué es la realida y que la vuelve realidad?. La situación en las que nos envuelve Matrix es la dualidad de mundos, por una parte existe un mundo que aparenta ser real pero que no es más que el mero horizonte de las apariencias y tenemos el mundo real de a deveras pero que quisiéramos –a veces- que fuera el de a mentiras. Matrix nos remonta a un problema ya añejo planteado por Platón, este en su afán de darnos una explicación racional del cosmos nos plantea la existencia del mundo de la ideas (el mundo de las verdaderas cosas ) y el mundo sensible (mundo habitado por los humanos y copias de las cosas verdaderas). Los cuales existen en el mismo momento pero en diferente espacio. Para Platón nosotros habitamos un mundo lleno de sombras… reflejo del aquel topus uranos donde existen las cosas de verdad y lo ejemplifica con su famoso mito de la caverna, donde nos narra a un grupo de seres que se encuentran dentro de una caverna, atados de manos y pies, viendo hacia la pared… detrás de ellos se encuentra una fogata. Se nos dice que entre la fogata y los seres humanos son pasados objetos que reflejan su sombra en la pared… los hombres que han estado amarrados siempre, creen que el mundo real es lo que han podido percibir desde siempre, las sombras que se proyectan ante ellos, se encuentran privados de la verdad que se encuentra a sus espaldas… la realidad que ellos entienden es una ilusión… es un mero reflejo de las cosas reales. El mito platónico nos cuenta que uno de estos seres logra desatarse de la subordinación a la que estaba sometido y voltea por primera vez a ver hacia la fogata… descubre que el mundo tiene más alcance… sus límites se expanden y sus juicios comienzan a verse afectados, este primer humano que logra liberarse decide salir de la caverna en la que ha vivido toda su vida… se dice que cuando sale de la cueva queda cegado por un instante por tanta brillantez (podemos distinguir dos tipo de ceges… cuando estás en un lugar muy iluminado y entras a uno muy obscuro y no ves más que luz o cuando estás en un lugar muy obscuro y sales a uno muy iluminado)pero al ir recuperando la vista poco a poco ve el mundo real por primera vez, la luz del sol le ayuda a ver las cosas verdaderamente existentes… había vivido entre las sombras. Matrix como podemos ver puede ser entendida como una versión contemporánea de ese mito platónico donde se nos invita a replantearnos nuestra cotidianidad, a repensar la posibilidad de que vivamos en un mundo ilusorio. Parece que Matrix nos puede servir para repensar nuestra cotidianidad gracias al mundo en el que nos encontramos insertos en este momento histórico, estamos demasiado atiborrados por la tecnología, por las grandes empresas, los grandes espectaculares de las Vegas y Tokyo. Estamos insertos en un mundo que parece muy distinto al de nuestros antepasados, las redes sociales ganan más terreno día a día… ahora las discusiones entre teóricos o personas de renombre son por Twitter, la realidad virtual nos está permenado en todas nuestras areas humanas. El internet ha acortado las distancias tanto o más de lo que la ciencia a sus principios tenía pensado. Slavoj Zizek (un filósofo y psicoanalista) escribe: “Parece como si en todos los niveles viviéramos cada vez más una vida desprovista de sustancia. Se consume cerveza sin alcohol, carne sin grasa, café sin cafeína, y eventualmente, sexo virtual... sin sexo.” Tal vez es nuestra cotidianidad lo que le permite a The Matrix tener más impacto en los espectadores, estamos rodeado de tantas cosas que parecen deprovistas de substancia que nos podemos llegar a sentir como desprovistos de substancia nosotros mismo, no nos sentimos reales del todo y nos falta algo que nos haga sentirnos vivos, que el mundo de verdad existe; pero cuando volteamos a ver nuestro mundo nos percatamos de que no hay algo que nos dé sustento ontológico… los jugos de naranja embotellados no son de naranja, tomamos un Dan Up pensando que estamos desayunando Yogurth, la gente va a correr a los gimnasios, queremos tener la vida que nos muestran en los comerciales, se ha pérdido un punto de referencia para establecer lo real. No podemos a veces sino sentirnos prisioneros del capitalismo que nos marca lo que es tener una vida provista de substancia y de sentido y entonces querer despertar y pensar que esto no es real, que existe un mundo donde las cosas existen de otra forma y que este es un mero falseamiento de aquello. Estamos tan faltos de la verdad en estos días y sobre todo de querer escuchar cosas reales que tenemos la ilusión de que haya una verdad que sea diferente a mi cotidianidad. Matrix por un momento rompe con la 4ta pared con los cuestionamientos que se van haciendo a lo largo del film: “u think it’s air what you are breathing now?” le pregunta Morpheus a Neo, pero la pregunta no sólo se queda en la pantalla… la primera vez que la ví sentí mi respiración en cuanto escuche la pregunta, estamos demasiado habituados al mundo que damos por sentado –por lo regular- casi todo, no nos cuestionamos nunca la existencia de la gravedad o si es ciertoque es de 9.8 m/s2, ni si quiera somos conscientes de cuando respiramos a menos que alguien nos mencione la palabra respiración, no nos preguntamos la realidad última de las cosas. Matrix de algún modo, a través de concepto-imágenes logopáticas nos invita a replantearnos nuestras costumbres… nuestra cotidianidad. En el film de pronto Morpheus dice: “What is the matrix? Control…” Es esa la respuesta. Es el dar las verdades interpretadas… la no libertad.

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